Asociación María de Magdala
La Asociación María Magdala, la cual supone, junto con la ONG Templarios del Mundo, los brazos mediante los cuales la SMOTH MIT lleva a cabo el trabajo para la Obra de Dios, sigue sus mandatos y preceptos, para apoyar a los más débiles y desfavorecidos, tratando de alcanzar el fin de que nadie se sienta solo, alcanzando una compañía y unión familiar, tan necesaria sobre todo en estos tiempos tan difíciles, que fue agravado por la pandemia mundial.
La decisión de crear esta Asociación viene dada por la necesidad de ayudar a las de la tercera edad, al detectar que es un colectivo muy vulnerable, cuyos estragos por la pandemia estaban sufriendo sobremanera. Por ello, decidimos orientar nuestro proyecto social, en crear un ambiente agradable que posea los recursos necesarios para apoyar y ayudar a personas de la tercera edad, siendo esta una gran oportunidad para poner en práctica valores humanos y de desarrollo contenidos en la Santa Palabra de Dios.
Para ello, se crearon talleres ocupacionales, formación, estudios varios, etcétera, donde se pudieron sentir útiles y tener una distracción que los aliviase de las vicisitudes sufridas por las circunstancias que les acontecieron, bien fuese por la pérdida de familiares o cualquier hecho de similar gravedad que padeciesen.
Dicen que el maligno, el cual se creía más grande que el Altísimo, miró al ser humano, como si de un insignificante ser se tratase y, desde su elevada posición se dirigió a él y le preguntó en tono burlesco -¿Y tú solo pretendes luchar contra mí y cambiar el mundo?- a lo que el hijo del Rey de Reyes, consciente de que la humildad engrandece y de que hasta el maligno obedece cuando el Altísimo ordena, contestó sin el más mínimo titubeo -No estoy solo, somos muchos que estamos dispersos, pero empezamos a juntarnos-.
Hoy, la Asociación para la Tercera Edad María de Magdala, sigue llevando a cabo su actividad de forma íntimamente ligada con la propia actividad de la ONG Templarios del Mundo, con acciones tales como ayudando a otras congregaciones como las Hermanitas de los Pobres, que Dios las siga bendiciendo enormemente, ya que las mismas se mantienen gracias a la Providencia y cuidan con todo el amor que el ser humano es capaz de albergar a personas ancianas que se encuentran en situación de desamparo, dándoles además de los cuidados físicos necesarios, el alimento y agua viva que llenan el espíritu de paz y comunión con Dios en esos últimos años en esta etapa de nuestra existencia.
